Alcaraz levanta a España con una victoria de locura ante Cilic

Carlos Alcaraz viene a por todas en el US Open y no le importan ni las horas, ni lo que tenga enfrente. El tenista murciano es la esperanza española para el título y para el número uno, una vez eliminado Rafa Nadal, y ya está en cuartos de final después de superar a Marin Cilic, campeón de 2014, en un encuentro que finalizó avanzada la madrugada en Nueva York y en el que Carlitos dio una lección de aguante y determinación en los momentos clave para vencer en cinco sets (6-4, 3-6, 6-4, 4-6, 6-3). Al contrario que en sus derrotas más sonadas, y lógicas, la joya de El Palmar supo gestionar sus fuerzas hasta dejar el torneo sin campeones… porque el campeón y el número uno de la ATP quiere ser él.

Alcaraz ya está en cuartos de final, la misma ronda en la que se quedó en 2021, y a sólo dos partidos de poder ser número uno de la ATP, el más joven de la historia. Para ello necesitará vencer su próximo compromiso ante Jannik Sinner, su verdugo en Wimbledon y Umag, en un duelo de jóvenes que se ha convertido en un clásico y también un reto para Carlos, quien con permiso de Frances Tiafoe es probablemente el favorito del público neoyorkino para conquistar el US Open.

Porque Carlos y Nueva York volvieron a vivir otra noche mágica, en un encuentro que comenzó con retraso arrastrado del encuentro anterior, entre Collins y Sabalenka, que a su vez comenzó ya tarde por la duración del Nadal-Tiafoe. Era precisamente este choque el que otorgaba presión extra a Alcaraz, que se convertía en favorito al número uno y principal cabeza de serie en el cuadro final. Todo a espaldas del más joven. Sin problema alguno.

Alcaraz aparcó en cierta medida su tenis de múltiples winners y algunos, muchos en sus peores días, errores no forzados, ante un Cilic que arriesgó más de la cuenta. En el inicio le salió bien al croata, que se adelantó con un break que contestaría el crack español por partida doble, con una doble rotura a uno de los sacadores más completos del circuito. El primer set ya no se le iba a escapar a Carlos, muy sólido al servicio para atar su primer botín del partido.

Cilic, como decíamos, había optado por pagarle con su misma moneda a Alcaraz. En pocos encuentros se verá Carlos en una vorágine de riesgo y palos similar a la vivida en la noche del lunes en Nueva York, donde el veterano campeón de 2014 dio una lección estratégica para competir de tú a tú con uno de los mayores talentos precoces de la historia.

Cilic reacciona al inicio de Alcaraz

El segundo set comenzó al revés que el primero, con rotura de un Alcaraz que desde entonces se vería superado por la exhibición absoluta del croata, que jugó como pocas, muy pocas veces se le recuerda con un nivel de riesgo y acierto que desarboló a su rival. Carlos no sabía que hacer ante la perfección que tenía del otro lado, dos breaks mediante, y que ponía las tablas en el luminoso. El encuentro volvía a estar empatado.

El cariz del partido fue constantemente de toma y daca y con alternativas para que ambos, que hubieran sido merecedores de la victoria, se llevaran el gato al agua. El inicio del tercero pareció más de Cilic pero no se tradujo en ventaja en el marcador para el croata porque Carlos se puso el escudo y comenzó a sobrevivir al momento que vivía Marin… hasta que bajó el nivel.

Fue avanzado el set, en el momento justo, cuando Cilic fallaría al saque y ahí estaba Alcaraz, dispuesto a exhibir de nuevo su determinación para terminar de levantar al público incrédulo con el partidazo mayúsculo que les estaban regalando ambos contendientes, sobre todo un Carlos que tiene ese aura de guerrero con el que ya Nadal encandiló de por vida al respetable neoyorkino. Con eso y con la tercera manga en el bolsillo, el murciano se quedaba a un paso de los cuartos.

Reacción de campeón de Cilic

El partido era ya uno de los mejores del torneo y aún quedaba lo mejor. A Cilic se le esperaba un bajón, fruto del riesgo o del físico utilizado ante una máquina en este aspecto como Alcaraz, pero su derecha y su revés seguían funcionando como una goma sobre la Arthur Ashe, sin desgaste aparente. El veterano balcánico provocó una situación límite en Alcaraz en el tercer juego, al colocarse con 0-40 y todas las de ganar para adelantarse. En el enésimo esfuerzo intachable de Carlos, las levantaría una tras otra para esquivar la bala. Seguía vivo en el cuarto.

Carlitos contaría con su oportunidad, doble y de oro, para dejar prácticamente cerrado el partido con su sello, el de la espectacularidad. Fueron tres, dos consecutivas en su caso, las pelotas de break a favor en el juego del 3-3. Otras dos en el 4-4. Todas levantadas por un Cilic monumental, que no contento con eso quebraría el servicio de un desnortado Alcaraz hasta, en un pispás, darle la vuelta a la tortilla y forzar el quinto set que se merecía el partido, aunque probablemente no las horas.

Alcaraz es el más fuerte

En el quinto se iban a medir las fuerzas físicas de Cilic, puestas en duda durante todo el choque con respuesta primorosa, con la cabeza de Alcaraz, no siempre estable en momentos de máxima exigencia. Comenzaría golpeando, nunca mejor dicho, el croata, pero este partido iba de carambolas y remontadas y Carlos, aprovechando los fallos de su rival en un momento decisivo, no sólo igualaba sino que le daba la vuelta a la contienda.

El golpe de Alcaraz al encuentro fue tan rápido como mortal. Ya no iba a haber vuelta atrás. El joven contendiente había ganado la partida con una jugada maestra con la que se clasificaba a los cuartos de final, con el público ya en pie minutos atrás absolutamente enamorado de un tenista de 19 años que quiere todo en Nueva York y, de momento y de la forma más brillante, ya tiene los cuartos de final. España puede levantarse tranquila que Carlos Alcaraz sigue vivo, muy vivo en el US Open.